jueves, 5 de enero de 2012

LO QUE ME FALTABA

“Ʋɴɪḋɑḋ lV”

ᴥAldℓɑ Ԍlᴏḅɑl

Es un término posiblemente acuñado por el filósofo canadiense Marshall McLuhan, como expresión de la exponencialmente creciente de interconectividad humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación. En 1968, McLuhan publicó el libro Guerra y paz en la Aldea Global.



El término se refiere a la idea de que, debido a la velocidad de las comunicaciones, toda la sociedad humana comenzaría a transformarse y, su estilo de vida se volvería similar al de una aldea. Debido al progreso tecnológico, todos los habitantes del planeta empezarían a conocerse unos a otros y a comunicarse de manera instantánea y directa.



Como paradigma de aldea global, McLuhan elige la televisión, un medio de comunicación de masas a nivel internacional, que en esa época empezaba a ser vía satélite.



El principio que destaca en este concepto es el de un mundo interrelacionado, con estrechez de vínculos económicos, políticos y sociales, producto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), particularmente Internet, como disminuidoras de las distancias y de las incomprensiones entre las personas y como promotoras de la emergencia de una conciencia global a escala planetaria, al menos en la teoría. Esta profunda interrelación entre todas las regiones del mundo originaría una poderosa red de dependencias mutuas y, de ese modo, se promovería tanto la solidaridad como la lucha por los mismos ideales, al nivel, por ejemplo, de la ecología y la economía, en pos del desarrollo sustentable de la Tierra, superficie y hábitat de esta aldea global.



Por otro lado, no deja de ser verdad que, como ya evidenciaba la teoría del efecto mariposa (teoría del caos), un acontecimiento en determinada parte del mundo puede tener efectos a una escala global, como por ejemplo las fluctuaciones de los mercados financieros mundiales.



 
ᴥԌlᴏвɑlɪᴢɑcɪὁɴ
Es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.

Este proceso originado en la Civilización Occidental y que se ha expandido alrededor del mundo en las últimas décadas de la Edad Contemporánea (segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso con la caída del comunismo y el fin de la Guerra Fría, y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la economía por la integración de las economías locales a una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria (Nueva Economía) cobrando mayor importancia el rol de las empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo.



ᴥŜᴏcɪℓdɑd dℓ lɑ ɪɴƒᴏʀɱɑcɪὁɴ
Es aquella en la cual las tecnologías que facilitan la creación, distribución y manipulación de la información juegan un papel importante en las actividades sociales, culturales y económicas. La noción de sociedad de la información ha sido inspirada por los programas de los países industrializados. El término sería más bien un término político que teórico, pues se presenta como una aspiración estratégica que permitiría superar el estancamiento social. Asimismo, la noción de "sociedad de la información" trae consigo una serie de disposiciones históricas que la emparentan con el cambio de mentalidad desde la arcaica a la moderna. En realidad, la sociedad de la información no existe más que en la imaginación de los utópicos tecnológicos, quienes también han soñado la alfabetización mediática como solución a los problemas del mundo. Con las cinco preguntas esenciales del Center For Media Literacy, el mundo podría cambiar. De igual modo, la sociedad de la información lleva inscrito el marchamo libertario de una sociedad más igualitaria y más justa.


La sociedad de la información es vista como la sucesora de la sociedad industrial. Relativamente similares serían los conceptos de sociedad post-industrial (Daniel Bell), posfordismo, sociedad postmoderna, sociedad del conocimiento, entre otros. Éste último concepto parecería estar emergiendo en detrimento de la sociedad de la información.
Sin embargo, la concepción actual de lo que se entiende por sociedad de la información es influjo de la obra del sociólogo japonés Yoneji Masuda, quién en 1981 publicó ' (Editorial World Future Society, Colombia), traducido al castellano en 1984 como La sociedad informatizada como sociedad post-industrial"

En la Resolución 56/183 (21 de diciembre de 2001) de la Asamblea General de las Naciones Unidas se aprobó la celebración de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) en dos fases. La primera se celebró en Ginebra del 10 al 12 de diciembre de 2003, y la segunda tuvo lugar en Túnez del 16 al 18 de noviembre de 2005.

Fase de Ginebra: 10-12 de diciembre de 2003

El objetivo de la primera fase era redactar y propiciar una clara declaración de voluntad política, y tomar medidas concretas para preparar los fundamentos de la Sociedad de la Información para todos, que tenga en cuenta los distintos intereses en juego.

A la Fase de Ginebra de la CMSI asistieron cerca de 50 jefes de Estado o Gobierno y Vicepresidentes, 82 Ministros y 26 Viceministros de 175 países, así como representantes de organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil, que proporcionaron apoyo político a la Declaración de Principios de Ginebra y el Plan de Acción de Ginebra, que se aprobaron el 12 de diciembre de 2003. Más de 11 000 participantes de 175 países asistieron a la Cumbre y a los eventos conexos.
Fase de Túnez: 16-18 de noviembre de 2005

El objetivo de la segunda fase fue poner en marcha el Plan de Acción de Ginebra y hallar soluciones y alcanzar acuerdos en los campos de gobierno de Internet, mecanismos de financiación y el seguimiento y la aplicación de los documentos de Ginebra y Túnez.

A la Fase de Túnez de la CMSI asistieron cerca de 50 jefes de Estado o Gobierno y Vicepresidentes y 197 Ministros, Viceministros y Subsecretarios de 174 países, así como representantes de organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil, que proporcionaron apoyo político al Compromiso de Túnez y al Programa de Acciones de Túnez para la Sociedad de la Información, que se aprobaron el 18 de noviembre de 2005. Más de 19 000 participantes de 174 países asistieron a la Cumbre y a los eventos conexos.
Proceso Preparatorio

Tomadas por separado, cada una de las fases de la Cumbre es la culminación de muchos meses de consultas y negociaciones entre los Estados Miembro, expertos de las Naciones Unidas, el sector privado y los representantes no gubernamentales, que estudian una enorme cantidad de información y comparten un cúmulo de experiencias en los temas relacionados con la Sociedad de la Información. Las consultas y negociaciones se realizan antes de la Cumbre propiamente dicha y constituyen el Proceso Preparatorio.
Organización

Se ha establecido un Comité Organizador de Alto Nivel (COAN) para la Cumbre, bajo el auspicio de Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es coordinar los esfuerzos de la familia internacional de las naciones Unidas para la preparación, organización y celebración de la CMSI. El organismo de las Naciones Unidas encargado de dirigir la organización de la Cumbre es la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), con sede en Ginebra (Suiza). Se estableció una Secretaría Ejecutiva (CMSI-SE) bajo la autoridad del COAN, que prestará ayuda en la preparación. Los países anfitriones, Suiza y Túnez, también han establecido Secretarías Ejecutivas.
Participación

Si, por una parte, la CMSI recomienda la participación de los gobiernos en el más alto nivel, por otra se invita a participar a representantes de todos los organismos competentes de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales, el sector privado, la sociedad civil y los medios de comunicación para establecer un verdadero proceso multiparticipativo.

Es un libro donde las conclusiones del autor se apoyan en un conjunto de hechos históricos analizados de una forma que a muchos historiadores medianamente rigurosos les parecería sorprendente. Esta visión particular de la Historia es el resultado del característico etnocentrismo norteamericano que tiene su expresión más radical en la política internacional de esa nación y que afecta todos los ámbitos de su cultura.Al inicio del libro se puede encontrar el primer ejemplo de esta posición al atribuirse el autor, Peter Drucker, un supuesto descubrimiento al afirmar que las sociedades experimentan cambios radicales a través de su devenir histórico. Estas “divisorias”, como él los llama, no es un concepto nuevo para los estudiosos de la historia ni para los filósofos; a lo largo de muchos años los historiadores han venido manejando conceptos como Estructura y Coyuntura, siendo esta última un período donde se operan cambios drásticos en la sociedad. La falta de objetividad es uno de los problemas más relevantes con los que tienen que enfrentarse los historiadores. Es evidente que Drucker no se ha planteado este problema en el momento de concebir su libro desde una perspectiva histórica; podemos ver que reiteradas veces recurre a sobrevalorar hechos o decisiones de su país, importantes sin duda, pero que no tienen el alcance mundial que él les atribuye.Una conclusión válida de los estudiosos del pasado es que el ser humano es esencialmente igual desde los comienzos de su historia. Muchas de las actitudes, ideas, comportamientos, etc. del hombre actual, tanto a nivel individual como colectivo, ya se produjeron en el pasado. En este contexto resulta exagerada la aseveración de Drucker de fijar 1991 como el fin del Estado Nación sólo porque los intereses económicos de algunos países desarrollados y la influencia de la mayor potencia bélica actual decidieran intervenir en una guerra contra Irak. Ejemplos de una situación similar en el pasado hay muchos, desde la guerra de Troya en que los micénicos presionaron a las demás ciudades Estado para conquistar Troya y asegurarse el comercio del bronce con el Asia, hasta las cruzadas de los reinos cristianos para asegurarse las rutas comerciales con el oriente. Incluso la guerra de Corea en la década del 50 fue una coalición que intentó implantar un sistema económico contrario al comunismo. Lo que sucede no es que el Estado-Nación este condenado a desaparecer, sino que en contextos como el actual en que el poder económico y militar se focaliza en una sola nación la influencia y el grado de acción de las otras se debilita. Este fenómeno histórico tienen un nombre, se llama: Imperialismo. A lo largo de la historia las sociedades que más se han desarrollados no lo han hecho solas sino interactuando con otras sociedades ya sea de manera pacífica o violenta. Muchos fenómenos como el desarrollo de las naciones Industrializadas se explican por esa interacción. Podemos citar muchos ejemplos al respecto: los esplendores de la Roma Imperial sólo se explica por la abundancia de mano de obra esclava “importada” de otros pueblos y por los impuestos a los que estaban sometidas estas naciones; el poderío de la Inglaterra victoriana descansaba en las riquezas de sus posesiones coloniales; el mismo mercantilismo europeo fue posible solamente por la cantidad de oro y plata proveniente de las colonias americanas permitiendo el establecimiento de un sistema monetario.



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